El desarrollo institucional de la nutrición en Venezuela ha estado estrechamente vinculado al nombre de José María Bengoa. Como señaló Ronald Evans en el prólogo al volumen que el Instituto Nacional de Nutrición publicó en su homenaje, América Latina se benefició, sin que nos costara nada, de una generación de hombres talentosos que vinieron a consecuencia de la Guerra Civil Española. Entre ellos llegó a nuestra tierra un joven natural de Bilbao, nacido el 20 de abril de 1913.
Para el tiempo de su 25 cumpleaños, lleno de ilusiones y proyectos, contempló las costas venezolanas. No sabemos, aunque podemos preguntárselo, que sintió entonces frente a esa visión que nos legó indeleblemente Juan Antonio Pérez Bonalde en su Vuelta a la Patria. Lo que sí sabemos es que, desde muy temprano, se vinculó afectivamente con esta tierra y se naturalizó venezolano en 1941. Con el correr de los años, con un inagotable entusiasmo, una dosis interminable de perseverancia y una profunda fe, se involucró en lo que aquí ocurría, y en lo que continúa ocurriendo, para convertirse en nuestro Dr. Bengoa.
Aunque llegó de médico, en la Universidad de Sanare, como él la llama, se transformó en un trabajador social. Al reconocer que, detrás de cada problema, subyacía como elemento vinculante la desnutrición, dirigió su energía al abordaje de este aspecto que, todavía hoy, nos limita en el camino del desarrollo.
De regreso en Caracas, en 1940 es nombrado Jefe de la Sección de Nutrición del Ministerio de Sanidad y Asistencia social, luego se desempeña como Jefe de División Técnica del Instituto Pro-Alimentación Popular. Al final de la década de los años 50 es cofundador del Instituto Nacional de Nutrición, de la Escuela de Nutrición de la Universidad Central de Venezuela y de la revista Archivos Venezolanos de Nutrición que fue continuada por los Archivos Latinoamericanos de Nutrición. Estos logros lo destacan a nivel internacional y desde mediados de los años 50 actúa como Adjunto y como Jefe del Departamento de Nutrición de la Organización Mundial de la Salud y de la Oficina Sanitaria Panamericana. En los años 70 asesora al Conicit en Política Social y participa como docente en el Postgrado de Planificación Alimentaría y Nutricional de la Universidad Central de Venezuela.
En los años 80, cuando se arraiga la crisis socioeconómica que aún nos azota, aconseja a Luis Vallenilla y a Luis Ugueto, entre otros, sobre la conveniencia de dedicar el esfuerzo de una fundación privada a la búsqueda de soluciones para el problema alimentario-nutricional que ya comenzaba a profundizarse. Es así como nace la Fundación Cavendes y el Dr. Bengoa se desempeña como Director Ejecutivo desde su creación hasta 1996.
Cuan fructífera ha sido la labor de la Fundación Cavendes. En un tiempo cuando las instituciones públicas venezolanas y latinoamericanas comenzaban a debilitarse, se intensificó el esfuerzo del Dr. Bengoa y la Fundación Cavendes, reuniendo expertos, divulgando conocimientos, cuestionando políticas y armonizando iniciativas. Allí están los Anales Venezolanos de Nutrición y los seis simposios realizados. En lo institucional, de nuevo se reconoce la mano del Dr. Bengoa, en la creación del Consejo Nacional de la Alimentación y del Programa de Alimentos Estratégicos (PROAL).
Con unos y con otros el Dr. Bengoa ha batallado, discutido, asesorado, convencido. Mucho falta todavía por hacer y convencer. Por eso, las generaciones de hoy, como las de apenas ayer, esperamos un nuevo aporte de José María Bengoa. El mismo señaló que, entre los tres objetivos vitales que justifican la existencia de un ser humano, se encuentra la de ”cooperar en el logro de un bienestar social razonable, como signo de solidaridad humana y equidad social, junto a un ambiente físico sano y agradable”.
Cuando las vicisitudes de los atribulados tiempos por los que transitamos nos obligan a buscar cobijo bajo otras voluntades, le solicitamos Maestro, que nos preste su nombre a manera de estandarte, para enfrentar, desde la Fundación “José María Bengoa”, los retos de este presente en los que nos ha tocado actuar.
Con la creación de la “Fundación Bengoa” no damos un salto al vacío. Muy por el contrario, contamos con un acerbo de experiencias que garantizan el éxito de esta nueva etapa y hace justicia al aporte que hizo la Fundación Cavendes. Esto es lo que se tiene y lo que se presenta: prestigio, liderazgo, excelencia. Que este esfuerzo no se pierda en nuestras manos.
Caracas, 21-05-00
Cuando nos aproximamos al X Aniversario de la “Fundación José María Bengoa” se confirma, ciertamente, que no se dio un salto al vacío. Ha sido necesario ajustar la misión y visión de esta institución nacida de la voluntad de un colectivo que se niega a permanecer indiferente frente al progresivo deterioro de la situación alimentaría y nutricional en el país. A sotto voce, o en silencio, con precarios apoyos y la indiferencia oficial, trabajamos, como nos ha enseñado José María Bengoa, en la búsqueda del bienestar social, teniendo como norte el combate de la malnutrición (por déficit o por exceso) a través de iniciativas de educación nutricional y el apuntalamiento de las comunidades.
Maestro: gracias por apadrinarnos y acompañarnos en esta magna empresa. Nos inspira su ejemplo y nos anima su determinación, su sentido de entrega y su inagotable energía. Por siempre nuestra gratitud y profundo afecto.
12-01-2010