Introducción. La insuficiencia de ingresos en la familia para alimentarse y la inoperancia del programa de alimentación escolar, son factores que afectan el estado nutricional y favorecen el ascenso de la deserción escolar. Objetivo. Determinar el estado nutricional de grupos de niños, niñas y adolescentes de 13 escuelas en comunidades vulnerables. Materiales y métodos. Estudio transversal descriptivo en 7.252 escolares de 3 a 18 años, siete en el estado Bolívar (EB) y seis Distrito Capital (DC) y Estado Miranda (EM), realizado entre mayo y junio, 2019. El análisis se realizó en preescolares de 3 a 5 años y en escolares de 6 a 18 años, según localidad y sexo. Se determinó el estado nutricional con peso-talla (P/T) y talla-edad (T/E) en preescolares y el Índice de Masa Corporal (IMC) en escolares. Valores de referencia y puntos de corte OMS. Resultados: El porcentaje de desnutrición aguda en preescolares fue (1,5%) en ambas localidades y el riesgo EB 3,1% y DC-EM 3,3%. RC 8,2%, más alto EB (8,5%) y en sexo masculino (8,2%). En escolares, la delgadez- delgadez severa (6%), la talla baja y muy baja (6,8%) y el sobrepeso muy bajo (1%-1,4%). Conclusión. En los preescolares, el RC supera la DA, resultados que resumen la magnitud del retraso en los primeros 1.000 días y el impacto de la desnutrición infantil que va dejando huella en la talla baja. Las cifras de desnutrición aguda, retraso de crecimiento y delgadez más bajas que en otros estudios, posiblemente reflejan la presencia de algunos factores de protección que se deben investigar. An Venez Nutr 2022; 35(1): 5-15.
Palabras clave: peso-talla, retardo de crecimiento, delgadez, estado nutricional, niños adolescentes, Venezuela.
Introduction. Insufficient income in the family to feed themselves and the ineffectiveness of the school feeding program are factors that affect the nutritional status and favor the rise of school dropouts. Objective. Determine the nutritional status of a group of children and adolescents from 13 schools in vulnerable communities. Materials and methods. Descriptive cross-sectional study in 7,252 schoolchildren from 3 to 18 years old, seven in the Bolívar state (EB) and six in the Capital District (DC) and Miranda State (EM), carried out between May and June, 2019. The analysis was carried out in preschoolers of 3 to 5 years and in schoolchildren from 6 to 18 years, according to location and sex. Nutritional status was determined with weight-height (W/T) and height-age (T/E) in preschoolers and the Body Mass Index (BMI) in schoolchildren. Reference values and WHO cut-off points. Results: The percentage of acute malnutrition in preschool children was (1.5%) in both localities and the EB risk was 3.1% and DC-EM 3.3%. CR 8.2%, higher EB (8.5%) and male (8.2%). In schoolchildren, thinness-severe thinness (6%), short and very short stature (6.8%) and very low overweight (1%-1.4%). Conclusion. In preschool children, the CR exceeds the AD, results that summarize the magnitude of the delay in the first 1,000 days and the impact of child malnutrition that leaves its mark on short stature. The lower figures for acute malnutrition, growth retardation and thinness than in other studies possibly reflect the presence of some protective factors that should be investigated. An Venez Nutr 2022; 35(1): 5-15.
Key words: weight, height, growth retardation, thinness, nutritional status, adolescent, children, Venezuela.
https://doi.org/10.54624/2022.35.1.002
La situación nutricional y de inseguridad alimentaria en sectores periurbanos y rurales de la población es compleja, afectando con mayor intensidad a los más vulnerables tales como: niños y niñas menores de 5 años, mujeres embarazadas y adultos mayores. En su origen, se encuentran varios factores relacionados con la falta de ingresos, fallas de los servicios públicos de salud, alimentación, educación y protección social, que incrementan los factores de riesgo, desde etapas muy tempranas de la vida (1, 2).
El deterioro de la situación nutricional también tiene impacto negativo en la población infanto-juvenil, en especial, debido al incremento de la desnutrición en escolares de zonas empobrecidas en las cuales, el programa de alimentación escolar no llega de forma regular a las escuelas (2). Muchos de estos niños, en presencia de dificultades económicas en sus familias y ante la imposibilidad de alimentarse, abandonan la escuela, algunos para incorporarse al mercado laboral, otros, deambulan por las calles en busca de alimentos y unos cuantos migran con y sin la familia, en busca de salidas, que en algunas oportunidades los conducen a situaciones dolorosas de prostitución y esclavitud moderna (3).
En escolares de 6 a 13 años en 2018, se encontraron porcentajes de desnutridos agudos, emaciados y emaciados severos de 3,6% y riesgo entre 5,3% y 6,7%; en los sectores de menores ingresos de la Gran Caracas varió entre 5,8% a 13,2% y el riesgo de desnutrición, en Caucaguita fue de 10,6% y aumentó a 29,1% en sectores populares de Baruta. La talla baja entre 8,9% y 11,8% de los escolares. En zonas pobres de la Gran Caracas, la talla muy baja afectó a 5,8% de los niños en Baruta, 9,4% en el Cementerio y 10,5% en Caucaguita. La vulnerabilidad nutricional se incrementó con la edad y fue más alta en las zonas más pobres, de la Gran Caracas (2).
En la zona suburbana de Los Chorros, Caracas, 2013 se midieron 94 niños y 112 niñas y encontraron 18,9% de peso bajo, 16% de sobrepeso y 6,3% de Obesidad (4). En diferentes municipios del Estado Lara entre febrero y marzo de 2019, en 130 niños entre 0 a 10 años se encontró 45% con algún grado de desnutrición leve, aguda o crónica, esta última más acentuada en los niños y niñas mayores de 5 años. El 80% de los motivos de consulta fueron diarreas crónicas e infecciones respiratorias, lo que confirmó el círculo vicioso de desnutrición- infección en estas comunidades (5).
Provea en su informe anual de 2021, presentó resultados del Grupo Social CESAP en la atención nutricional de población vulnerable, en el marco del Plan de Respuesta Humanitaria en 2021. Evaluó a 4.840 niños y niñas menores de cinco años, encontrando 5% con desnutrición aguda (moderada y severa) y 14,7% con riesgo de desnutrición. La vulnerabilidad (sumatoria desnutrición aguda y riesgo), fue mayor en los Andes (41%) y Sucre (27%). En los niños y niñas de 5 a 17 años (2.235), la proporción de delgadez fue el doble que en los menores de 5 años (13%), más 26% con riesgo de delgadez. La proporción de niños y niñas menores de cinco años con retraso del crecimiento fue de 23% y en aquellos entre 5 y 17 años, fue 25%. Menos de la mitad de los niños, niñas y adolescentes presentaron adecuada ganancia de talla según su edad. El exceso de peso, en los menores de 5 años se presentó en igual proporción al riesgo de desnutrición (15%), indicando la presencia de la doble carga nutricional (6).
Por otra parte, OCHA reporta que las organizaciones del Clúster de Nutrición en el primer semestre de 2022 dispensaron tratamiento a 5.097 niños y niñas menores de 5 años identificados con desnutrición aguda y 1.097 niños y niñas en situación de delgadez de hasta 15 años (7).
En el país la información que se dispone proviene de estudios académicos, de distintas organizaciones que se esfuerzan en recoger la data y de los informes generados por algunas instituciones internacionales, FAO, UNICEF y OCHA en los últimos años, representante de las organizaciones de Naciones Unidas en respuesta a la crisis humanitaria compleja (7, 8,9).
El objetivo de este estudio que dirigió la Fundación Bengoa fue determinar el estado nutricional de un grupo de niños, niñas y adolescentes que asistían a 13 escuelas privadas ubicadas en comunidades socialmente vulnerables en el año 2019.
Se realizó estudio transversal, descriptivo. La muestra está conformada por 7.252 escolares de 3 a 18 años que asistían a siete escuelas en el estado Bolívar (EB)(n= 5011) y seis en Distrito Capital (DC) y estado Miranda (EM)(n=2241), todas ubicadas en zonas socialmente vulnerables, que se evaluaron como parte del proyecto: “Educación nutricional en la escuela en Caracas, Miranda y Bolívar” realizado por la Fundación Bengoa en 2019 (10).
Los datos se presentan en dos grupos, preescolares de 3 a 5 años y escolares de 6 a 18 años, desagregados en dos localidades: estado Bolívar (EB) y Distrito Capitalestado Miranda (DC-EM). El 51,3% de los preescolares y escolares que se evaluaron fueron del sexo masculino y 48,7% del sexo femenino (Cuadro 1).
El estado nutricional de los niños se determinó a partir de los indicadores: peso para la talla (P/T) y talla para la edad (T/E) para el grupo de preescolares de 3 a 5 años y los indicadores talla para la edad (T/E) y el Índice de Masa Corporal (IMC) para los escolares de 6 a 18 años. La variable edad se obtuvo con la fecha de nacimiento del registro de la institución y la fecha del examen. En todos los casos los padres o los representantes firmaron el consentimiento.
El peso corporal (P) se midió con balanza Fit-ScanHD- 389F, de capacidad hasta 150 kg y con precisión de 0.1 kg. Los niños vistieron ropa liviana, cuyo peso se descontó del peso total. La talla (T) se midió en cm y se utilizó la técnica de la plomada. Las medidas antropométricas fueron tomadas por el equipo de nutricionistas y antropometristas, previamente entrenados y estandarizados. Las medidas se tomaron en presencia de un docente.
La evaluación del estado nutricional se hizo con el patrón de referencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los puntos de corte en puntuaciones z (11). En los preescolares de 3 a 5 años se utilizaron los indicadores peso para la talla (P/T) y talla para la edad (T/E) y en los escolares de 6 a 18 años el Índice de Masa Corporal (IMC) y la talla para la edad (T/E). Los datos de los preescolares se analizaron con el programa WHO Anthro versión 3.2.2 de 6 a 59 meses y los escolares de 6 a 18 años con el programa WHO Anthro plus, 2007 (12). Los resultados para cada indicador se presentan en cuadros de frecuencia y figuras.
El porcentaje de desnutrición aguda y de retraso de crecimiento de los preescolares y escolares del estado Bolívar se comparó con los resultados en localidades del estado Anzoátegui evaluados por la Fundación Bengoa en 2019 (13). Además, la talla media a los siete años se comparó con los percentiles del patrón de referencia nacional Proyecto Venezuela.
En las siete comunidades ubicadas en el estado Bolívar las fallas en los servicios básicos de electricidad, suministro de agua potable y recolección de desechos sólidos eran permanentes. La malaria es endémica en estas localidades del estado Bolívar.
Las familias tienen severos problemas económicos para la subsistencia, por esta razón, muchos niños y adolescentes están bajo el cuidado de los abuelos, familiares o vecinos, debido a que sus padres van a trabajar en las zonas mineras del estado o emigran a otros países. La mayoría de las personas trabajan en la economía informal o en algunas empresas del estado, pero los ingresos son insuficientes para cubrir el costo para la alimentación de la familia.
Refieren que el programa de alimentación escolar (PAE) no suministra la cantidad de alimentos que se necesitan para que los alumnos reciban almuerzos variados y balanceados. En estas comunidades, se consumen muchos productos que ingresan desde Brasil, algunos sin los debidos registros sanitarios. Las compras se cancelan con “gramas de oro”, dólares y muy pocas en moneda nacional.
En el Distrito Capital y estado Miranda. Los docentes manifestaron su preocupación por el aumento de la deserción escolar debido a problemas socioeconómicos, algunas de estas familias no disponían de ingresos suficientes para cubrir la alimentación del hogar y optaban por no enviar al niño a la escuela. En este aumento, también intervenían otros factores, tales como, las fallas en los servicios públicos, el costo del transporte, la falta de gasolina y las limitaciones en el acceso de las familias para cubrirlos, lo que restringía aún más la permanencia del niño en la escuela. Algunos niños se incorporan al trabajo informal o en otras actividades productivas para contribuir con el ingreso familiar, mientras otros, se mudan a otras ciudades o emigran del país. En ninguna de estas instituciones habían huertos escolares. La infraestructura de todas las instituciones se encontraba en buenas condiciones generales.
En ambas localidades, los docentes han emigrado, situación que afecta gravemente la continuidad de las clases, en muchos casos, el incentivo académico no es suficiente para continuar y el salario que reciben es tan bajo, que no les permite pagar el pasaje para dirigirse a los colegios.
De los 7.252 escolares de 3 a 18 años, 51,3% son del sexo masculino y 48,7% femenino. En el estado Bolívar se evaluaron 5.011 preescolares y escolares y en DC-EM 2.241. La prevalencia de desnutrición aguda (DA) moderada y severa en los 1.022 preescolares de 3 a 5 años fue de 1,5%, semejante en ambas localidades, mientras que, en la categoría de riesgo se encontró (3,1% y 3,3%), ligeramente más alta en DC-EM (Figura 1). El sobrepeso fue mayor en DC- EM (2,2 vs 0,5%) (Cuadro 2). La severidad de la DA, el sobrepeso y la obesidad fue mayor en el sexo masculino en ambas localidades (Cuadro 3).
El retraso del crecimiento (RC) fue mayor en el EB (8,5%vs 6,3%), igualmente es importante destacar la situación de vulnerabilidad nutricional en un porcentaje importante de los preescolares mayor en DC-EM (17% vs 10,9%) (Cuadro 4, Figura 2). En el sexo masculino en el EB se encontró el mayor porcentaje de RC (9%), mientras que, en el sexo femenino se encontró en DC-EM (8%). Igualmente en la categoría de alerta de talla baja el porcentaje más alto se registró en el sexo masculino en el DCEM (17, 9 % vs 13,4%) (Cuadro 5).
En los escolares de 6 a 18 años (n=6.250) por el IMC, el peso bajo y muy bajo (delgadez y delgadez severa) fue de 5,8%, mayor en el sexo masculino (6,5% vs 5,1%). Los porcentajes en estas categorías resultaron mayores en EB (6% vs 5,3%), mientras que el SP fue ligeramente mayor en DC-EM (1,6% vs 1,4%) (Cuadros 6 y 7, Figura 3)
La talla baja y muy baja en los escolares de 6 a 18 años fue de 6,8%, mayor en el sexo masculino (7,2% vs 6,2%). El porcentaje más alto se encontró en DC-EM (7,3% vs 6,5%) y también fue más alto el porcentaje de alerta (10,2%vs 9,2) (Cuadros 8 y 9, Figura 4).
En el año 2019 la Fundación Bengoa, realizó un estudio en el estado Anzoátegui, en los Municipios: Simón Bolívar (Barcelona) y Manuel Diaz Bruzual (Clarines) ubicados en la zona norte y el municipio Simón Rodríguez (El Tigre) y San José de Guanipa (El Tigrito) en la zona sur, todos ubicados en zonas periurbanas y rurales. En este estudio se evaluaron 1.119 escolares (12).
Los porcentajes más altos de desnutrición aguda moderada y severa se encontraron en los preescolares de la zona norte (2,7%) mientras que, en los escolares de 6 a 12 años, la delgadez (moderada y severa) más alta se encontró en el EB (5,8%), seguido de la zona sur (5,1%). El sobrepeso más alto 4,3% se encontró en los preescolares de la zona sur del estado Anzoátegui (Cuadro 10).
El RC en los preescolares de la zona norte fue más alto (19,7%) igualmente la talla baja y muy baja en escolares (25,1%), en comparación con los porcentajes reportados para el EB (8,5% y 6,1%,) respectivamente. También la vulnerabilidad en los niños preescolares y escolares de la zona norte, donde el porcentaje en alerta de talla baja fue (22,5% y 15,9%) respectivamente (Cuadro 10).
En las comunidades del estado Anzoátegui, estas altas prevalencias están determinadas entre otros factores, por la ubicación de las escuelas en zonas socialmente vulnerables y en condiciones medioambientales complejas con graves problemas de servicios públicos, agua potable, disposición de desechos sólidos, gas, electricidad, transporte público, alta morbilidad por infecciones entre otros, gran precariedad nutricional y de inseguridad alimentaria y alto riesgo en su salud (10).
La medida de la talla a los siete años se ha recomendado, como indicador del crecimiento en los niños y es un indicador indirecto de la salud. El promedio de la talla en el sexo masculino y femenino en el EB fue (121,3 cm vs 120,8 cm) y en DF-E (M 120,9 cm vs 121,4 cm) respectivamente. Las niñas en DC-EM resultaron 0,6 más altas que las del EB, por el contrario, los niños del EB resultaron 0,4 cm más altos que los de DC-EM. La diferencia entre los sexos fue de 0,5 cm, a favor del sexo masculino en el EB y del sexo femenino en el DC-EM (Cuadro 11).
Los valores promedios en estas localidades se ubicaron entre los percentiles 50 y 75 de los valores de referencia del Estudio Nacional de Crecimiento y Desarrollo “Proyecto Venezuela” (14).
La Fundación Bengoa, como parte de su programa de “Educación en Nutrición”, desarrolla estrategias de fortalecimiento a los docentes, alumnos y demás integrantes de la comunidad educativa. La finalidad es que la intervención en la escuela pueda ser sostenible en el tiempo y la comunidad se comprometa con el seguimiento de esta estrategia. (15,16).
Las personas seleccionadas en cada institución participaron en talleres teórico-prácticos de entrenamiento en mediciones antropométricas y vigilancia nutricional. Se organizaron estaciones de trabajo para la toma de las medidas de peso y talla y reuniones de intercambio con los facilitadores para la interpretación de los datos. En las escuelas se capacitaron 106 personas, 49 en el estado Bolívar y 57 en Dto. Capital y Edo. Miranda.
En 2019, se evaluaron 1.022 niños de 3 a 5 años, encontrándose porcentaje de 1,5% de desnutrición aguda moderada y severa y 3,2% de niños en riesgo de desnutrición. Al sumar la desnutrición aguda y el riesgo, la vulnerabilidad sube a 4,7% y fue semejante en ambas localidades (4,6% y 4,8%). En los niños de 6 a 18 años la proporción de delgadez (13,4%) fue casi diez veces mayor que en los preescolares y la vulnerabilidad de 19,7%. En cuanto al retraso de crecimiento, el porcentaje en los preescolares fue 12,6% y en los escolares la talla baja y muy baja 6,8%. El porcentaje de sobrepeso fue bajo, apenas 1% en preescolares y 1,4% en escolares.
El retraso de crecimiento en los preescolares supera la desnutrición aguda, por lo tanto, estos niños desde temprana edad están sufriendo los embates de la desnutrición aguda, en medio de fallas en la atención de salud y de servicios, en especial de agua potable. El retraso en el crecimiento resume la magnitud del impacto de factores negativos sobre el crecimiento en los primeros 1.000 días y de la desnutrición infantil en los niños de estos ambientes socialmente vulnerables (17).
La disminución del sobrepeso en los escolares es demostración de la pérdida de peso no controlada, que vienen padeciendo los niños, porque su alimentación no cubre las calorías y nutrientes que requieren según su edad. Además, el programa de alimentación no suministra alimentos en cantidad y calidad suficientes para que el niño cubra parte de sus requerimientos con la comida que recibe en la escuela (2, 3, 6).
Caritas, en julio de 2019, reportaba en menores de 5 años, DA severa de 3%, DA moderada de 7%, valores mucho más alto y en los porcentajes de riesgo de desnutrición aguda 19% en 3.192 niños. Estos datos provienen de parroquias muy desasistidas con graves problemas de subsistencia (18).
Determinadas evidencias confirman la influencia de los factores epigéneticos en la desnutrición aguda a tempranas edades, tal como lo señalado en el Instituto Autónomo Hospital Universitario de los Andes, entre enero y septiembre de 2019, el 22,9 % de los casos de desnutrición atendidos fueron menores de 6 años y 21,7 % de los nacidos vivos tenían peso inferior a 2.5 kilos (19,20). Igualmente, en el seguimiento de las parroquias atendidas por Caritas entre 2016 a 2022, se encontró que el porcentaje de niños menores de cinco años con retardo del crecimiento aumentó de 18% a 34% en los últimos seis años, además, 88,9% de los niños que llegaron con retardo de crecimiento no tenían desnutrición aguda (21); hallazgos que confirman las causas primarias del retraso de crecimiento (17, 20, 22).
Los preescolares del estado Bolívar resultaron con mejor estado nutricional que los niños en las escuelas del estado Anzoátegui, debido al bajo consumo de alimentos en estas zonas y a la presencia de factores ambientales negativos y alta morbilidad infectocontagiosa que incrementa la desnutrición. Situación que coincide con lo reportado en otros estudios en distintas localidades del país (5-7).
En estas complejas realidades, el programa de alimentación escolar va a contribuir a mejorar las condiciones nutricionales de los niños y adolescentes que asisten a las escuelas públicas, en su mayoría de hogares con inseguridad alimentaria y causa de posible rezago y deserción escolar (6). Segùn ENCOVI 2021, solo 19% de la población escolarizada reporta el funcionamiento del PAE en su escuela, es decir, 1,3 millones de beneficiarios (23). Además el programa de alimentación en la escuela tiene impacto positivo en la reducción del gasto en alimentos de la familia y mejora su seguridad alimentaria.
Las estrategias de fortalecimiento a los integrantes de la comunidad educativa van a permitir la sostenibilidad de la intervención. Las 106 personas entrenadas, se comprometieron en darle continuidad a la vigilancia del estado nutricional de los niños y adolescentes. En las circunstancias actuales, el compromiso individual es determinante para mejorar las condiciones nutricionales en las comunidades y es una fortaleza para el éxito de las intervenciones. Es importante reconocer el compromiso de los docentes con la educación de los niños y jóvenes, en una labor compleja, que requiere superar cada día diferentes obstáculos.
La escuela es considerada un ámbito favorable para fomentar la enseñanza de la nutrición, acerca de las buenas prácticas sobre la alimentación saludable, sostenible y amigable con el ambiente, que, desde la escuela como eje central, vaya incorporando a la comunidad (24).
En estos niños preescolares el RC supera la DA, resultados que resumen la magnitud del retraso en los primeros 1.000 días y el impacto de la desnutrición infantil que va dejando su huella en la talla baja. Las cifras de desnutrición aguda, retraso de crecimiento y delgadez más bajas que en otros estudios, posiblemente reflejan la presencia de algunos factores de protección que se deben investigar.
Recibido: 15-06-2022
Aceptdo: 15-08-2022