José María Bengoa, hijo ilustre de Sanare, inicia su estadía en ese poblado rural en 1936, allí como el mismo lo expresó se forma en la Universidad de Sanare, donde con su acuciosa observación, reconoce los determinantes sociales de la desnutrición, allí descubrió que la desnutrición y el hambre, eran el denominador común de las enfermedades. Propone atender al niño y educar a la madre, y así surge el primer centro de recuperación nutricional. En medio de esa soledad recoge su experiencia, reflexiones, observaciones y soluciones prácticas las cuales publica en el libro “Medicina Social en el Medio Rural Venezolano” (1940). Logró extenderlo al resto de América, Asia y África desde su trabajo en Naciones Unidas. En 1941 dirige la Sección de Nutrición en el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, y contribuye con la creación del Instituto Nacional de Nutrición, la Escuela de Nutricionistas y Dietistas de la Universidad Central de Venezuela (1940 a 1950).En 1955 se incorpora a la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Ginebra, de esta experiencia comentaba “cuando comencé mis actividades en la OMS, había un hiato evidente entre investigación en nutrición y la salud pública”, dirigió la Unidad de Nutrición(1964 – 1974). Dirige a la Fundación Cavendes y logra convertir a Caracas en la Capital Latinoamericana de la Nutrición gracias a su capacidad para integrar alianzas, con instituciones nacionales y con organismos internacionales. Trabajó intensamente para fortalecer las instituciones existentes y promover nuevas instituciones. An Venez Nutr 2022; 35(1): 37-47.
Palabras clave: José María Bengoa, nutrición social, salud pública, Venezuela.
Jose María Bengoa, illustrious son of Sanare, began his stay in that rural town in 1936, there, as he himself expressed it, he trained at the University of Sanare, where with his careful observation, he recognized the social determinants of malnutrition, there he discovered that malnutrition and hunger were the common denominator of diseases. He proposes caring for the child and educating the mother, and thus the first nutritional recovery center arises. In the midst of that loneliness he collects his experience, reflections, observations and practical solutions of his published in the book “Social Medicine in the Venezuelan Rural Environment” (1940). He managed to spread it to the rest of America, Asia and Africa from his work at the United Nations. In 1941 he directed the Nutrition Section in the Ministry of Health and Social Assistance, and contributed to the creation of the National Institute of Nutrition, the School of Nutritionists and Dieticians of the Central University of Venezuela (1940 to 1950). In 1955 he joined the World Health Organization (WHO) in Geneva, commented on this experience “when I began my activities at WHO, there was an evident hiatus between research in nutrition and public health”, he directed the Nutrition Unit (1964 - 1974). He directs the Cavendes Foundation and manages to turn Caracas into the Latin American Capital of Nutrition thanks to his ability to form alliances with national institutions and international organizations. He worked hard to strengthen existing institutions and promote new institutions. An Venez Nutr 2022; 35(1): 37-47.
Key words: José María Bengoa, social nutrition, public health, Venezuela.
https://doi.org/10.54624/2022.35.1.005
José María Bengoa en un pueblo rural del occidente
venezolano llamado Sanare descubrió que la
desnutrición y el hambre, eran el denominador
común de las enfermedades
Con motivo de su investidura como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Alicante, el Dr. José María Bengoa Lecanda en un emotivo discurso describe su autobiografía. En la misma, señala, que “la violencia social y política se fue acentuando en el país Vasco, hasta que el 18 de julio de 1936 prendió la mecha de la guerra civil. Fue una época triste, sobre todo para los que tuvimos que sufrir la guerra a la defensiva, lo que equivale a retroceder, correr y llorar”. Al perderse Bilbao Bengoa decidió pasar a Francia, para colaborar en la organización y gestión de las colonias infantiles de los refugiados vascos. (1)
“Al cabo de un año en Francia decidí dar
el salto a América: partí hacia Venezuela”.
El exiliado al llegar a Venezuela se encontraría luego con sus amigos el Padre Jenaro Aguirre, y el Dr. Santiago Ruesta, en ese entonces gobernaba el país el General Eleazar López Contreras (2). A los tres meses de haber llegado a Caracas, el Ministro de Sanidad lo nombró médico rural en un pueblo del estado Lara al occidente venezolano llamado Sanare, allí descubrió que la desnutrición y el hambre, eran el denominador común de las enfermedades, experiencia que publica en el libro “Medicina Social en el Medio Rural Venezolano” (1940). Las alteraciones que la desnutrición causa en la conducta del niño, la resume con esta descripción (3).
“Un día el párroco -padre Quintana- del pueblo
me preguntó: ¿Cuándo les da de alta a estos niños,
Doctor? Cuando sonrían, Padre, cuando sonrían”
En Sanare organizó el primer Centro de Recuperación Nutricional para atender a los niños y educar a las madres, modelo de atención, que, luego trabajando para las Naciones Unidas logró extender al resto de América, Asia y África. Refiriéndose a su estadía en Sanare comentaba lo siguiente: “Ante tanto silencio y tanta soledad mi pensamiento se hacía una serie de preguntas. ¿Por qué hay tanta paz en medio de tanta necesidad? ¿Cómo es capaz el ser humano de adaptarse a una vida de mínimos? ¿Por qué los hombres y mujeres tienen tanta capacidad de resignación que les permite ofrecer una apariencia de seres felices? ¿O acaso lo son realmente al no tener otras necesidades sentidas?”
Esta visión integradora de la salud pública, fue elaborada en Sanare por el doctor Bengoa cuatro décadas antes de que se convirtiera en el fundamento de la Estrategia de Atención Primaria de Salud por parte de la Organización Mundial de la Salud. Este esfuerzo de integración conceptual y empírica se incluye en la base de los modernos análisis de las políticas de salud (4).
En 1941 fue trasladado a Caracas para dirigir la Sección de Nutrición en el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social y organizar las actividades de nutrición a escala nacional. Entre 1940 a 1950 se crearon una serie de instituciones, entre ellas el Instituto Nacional de Nutrición, la Escuela de Nutricionistas y Dietistas de la Universidad Central de Venezuela y la revista Archivos Venezolanos de Nutrición, de las cuales fue cofundador, las mismas adquirieron cierto renombre en América Latina (5).
Después de organizar la III Conferencia Latino Americana de Nutrición en 1953, fue llamado a colaborar con la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Ginebra en 1955, de esta experiencia comentaba “cuando comencé mis actividades en la OMS, había un hiato evidente entre investigación en nutrición y la salud pública”. Dirigió la Unidad de Nutrición de la OMS de 1964 a 1974 (6).
En 1998, el Instituto Nacional de Nutrición de Venezuela crea la Orden José María Bengoa. En 2002 es designado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Gobierno de Venezuela “Héroe de la Salud Pública de Venezuela”, y en enero de 2004 recibe el doctorado Honoris Causa de la Universidad de Alicante y en 2006 recibe el de la Universidad Simón Bolívar en Caracas y en esta profunda expresión resume su experiencia profesional:
“Habiendo recorrido el camino del hambre
durante 70 años de vida profesional a través de
guerras, desastres naturales y hambrunas
una vez más preguntaré “¿Porquè hay hambre
cuando hay pan para todos?”
Llegó desde Bilbao a Venezuela con 25 años, fue y vino muchas veces a esta tierra de gracia, donde formó familia y desarrolló una inmensa labor durante 60 años (1), el caballero andante que cabalgó por el mundo luchando contra el hambre, la malnutrición y la pobreza (7), cuyos pasos llevaron a este médico rural vasco-venezolano por los caminos de Caracas, Sucre (Irapa) y Lara (Cubiro y Sanare) (8,9).
En sus propias palabras en Sanare, “lugar remoto, pero lleno de paz” comenzó su exilio años después ese territorio rural, “tierra de orquídeas antes de que las vendieran”, lo convertiría en su Hijo Ilustre y epónimo de su Hospital (1,9,10), por decreto presidencial (GO-1012) del 20 de abril de 1992 (fecha de su cumpleaños número 79), en un emotivo acto el 18 de julio de 1992. De su pertenencia con Sanare surgían frases como “éramos un pueblo terminal, y la vida social exigía una mínima presencia. No llegábamos a tanto, pero teníamos nuestro estilo formal, muy reverencioso” (11). Allí, donde su aprendizaje sobre la desigualdad social y la desnutrición le permitió servir a la medicina social y a la nutrición comunitaria, donde gestó los centros de recuperación nutricional, que luego se extenderían a otras naciones, donde postuló el índice perro y la sonrisa de los niños como indicadores de las diferentes caras del mismo problema, a ese lugar lo llamó la “Universidad de Sanare” y allí quedó inmortalizado en su Galería.
Hombre de prosa poética, amante de la ciencia tanto como del arte, tenaz, puntual, agudo como buen investigador (9). Para los nietos el abuelo “aitite”, el esposo de Amaia “aimana” y el padre de Miren Amaya, José María, Javier Rafael, Jon, Miren Argi e Iñigo; hacer trucos de magia y contar de su recorrido por las regiones de Venezuela era parte de su tiempo con la familia y los nietos (7); tuvo 16 nietos, 16 biznietos y 12 sobrinos, ese hombre de familia fue también un maestro ordenado e incesante para la búsqueda nunca suficiente e investigación permanente.
Para Bengoa el problema del hambre representó una sorpresa en la que no había pensado antes, hombre humilde, decía que durante seis décadas aprendió más de lo que enseñó, quien tenía el detalle del agradecimiento y reconocimiento constante para cada uno de su larga lista de invitados a colaborar, los “Don y las Doñas”. Nevin Scrimshaw diría que su encuentro con Bengoa cambió su vida profesional y personal, como lo haría con varias generaciones de trabajadores de la nutrición en el mundo, motivaría, por ejemplo cambios en el programa del INCAP, dicho por su propio director (12).
Sus obras escritas en diferentes idiomas superan las 300, en temáticas tan variadas como: encuestas dietéticas, necesidades de energía y nutrientes, sinergismo entre nutrición e infección, composición de alimentos, disponibilidad alimentaria, programas de protección nutricional, programas de enriquecimiento de alimentos, centros de rehabilitación nutricional, intervenciones de nutrición en salud pública, fortalecimiento de la nutrición en los centros de salud y de enseñanza, política nacional de alimentación y nutrición, educación alimentaria (9), por citar solo algunos de los campos abordados en su universo de ideas ordenadas, testimonio de su trascendencia.
En referencia a su legado, Rodríguez 2014 (11), investigadora del Centro de Investigaciones en Salud Pública Jacinto Convit de Sanare señalaría:
“…sus escritos no le hacen justicia al profundo amor y el servicio desprendido que recibieron los habitantes de esa población, no solo durante sus años de médico rural, sino años más tarde cuando regresó a esa tierra que lo acogió con el mismo afecto que él les brindó”.
Era el sábado 16 de Enero del año 2010, luego de 96 años de fructífera existencia, cuando el padre Rafael Baquedano lo despidió con este pasaje del Libro del Eclesiástico (44, 1.9-13): Hagamos el elogio de aquellos hombres ilustres, aquellos hombres de bien, sus méritos jamás se han olvidado; han dejado una posteridad que los prolonga y su herencia pasa de hijos a nietos.
Su linaje permanece fiel a la alianza del Señor. Para siempre existirá su descendencia y jamás se extinguirá; al mismo tiempo Iñaki Azkuna, ex alcalde de Bilbao, lo recordaba como un hombre de acción y reflexión… que ejerció su magisterio en la sanidad y en la vida (8).
José María Bengoa forma parte de…hombres y mujeres, que con pequeñas batallas…nos puedan permitir algún día ganar una de las peores guerras… la provocada por el hambre (10).
Ese día se despidió aquel “que no sólo brindó afecto, no sólo cultivó amistad, no sólo sirvió a la comunidad, no sólo ayudó al necesitado…”, sino también quien tuvo la fortuna de agradecer al pueblo “que lo quiso mucho y que él nunca olvidó”, lección que quiso aprendieran “un nieto o biznieto” cuando vieran que llegó a ser el Hijo Ilustre de su amada Sanare (11).
El Dr. Bengoa regresa al país en 1974, para ofrecer su experiencia internacional, en el Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico (CONICIT), allí coordina la formulación del Plan de Ciencia y Tecnología, organiza el Primer Encuentro Interdisciplinario en Nutrición para el Desarrollo Humano y Social, el Primer Congreso Nacional de Ciencia y Tecnología y se establecen los lineamientos generales para el diseño de una política de ciencia y tecnología en el área de nutrición (13).
En esta época se crea el Postgrado de Planificación Alimentaria y Nutricional de la Universidad Central de Venezuela, donde integra el cuerpo docente. Se promueven investigaciones, como el Estudio Nacional de Crecimiento y Desarrollo Humanos de la República de Venezuela “Proyecto Venezuela” (14-16).
Estos estudios -en referencia al Proyecto Venezuela-, presentan una radiografía de la situación nutricional y social del país, en efecto, se encuentran diferencias socioeconómicas y ambientales que influyen significativamente en el desarrollo físico y funcional de los individuos, que están presentes desde los primeros meses y se profundizan en los primeros dos años de la vida, debido a las dificultades para cubrir los requerimientos nutricionales y mantener un balance de energía positivo (17).
El resultado es el retardo en el crecimiento físico del niño, en consecuencia, un niño del estrato más desfavorecido a los siete años ha perdido entre 5 y 7 cm de su talla (18). Este indicador fue propuesto por Bengoa en 1971, como un indicador global de la historia social y nutricional de la comunidad (19).
“En 1971 propuso la talla del niño de siete años
como un indicador global de la historia social y
nutricional de la comunidad”
La fortaleza de su liderazgo, perseverancia, capacidad de integrar y su incansable tenacidad lo impulsan a promover la participación del sector empresarial venezolano en los problemas de la nutrición. Uno de los frutos de este esfuerzo fue la Fundación CAVENDES, la cual se presenta como “Un acto de fe en Venezuela” (20).
Al referirse a la labor de la Fundación CAVENDES el Dr. Bengoa afirmó “el mensaje era claro: la nutrición no es nuestra meta, es nuestro camino, a fin de lograr el desarrollo integral del venezolano. Esa fue la consigna de la Fundación CAVENDES. Hicimos ver a la audiencia y a la sociedad venezolana que la desnutrición y el hambre eran la emergencia silenciosa que impedía al país salir del subdesarrollo” (21).
“La nutrición no es nuestra meta, es nuestro
camino, a fin de lograr el desarrollo integral del
venezolano”. Fundación CAVENDES
La Fundación CAVENDES se convierte en uno de los centros más dinámicos de investigaciones, armonización de iniciativas, de cuestionamiento de políticas y de formulaciones de propuestas para el mejoramiento de la nutrición. Así se fueron ejecutando 40 programas para 40 problemas identificados previamente (21).
Uno de los logros más importantes, en colaboración con la Universidad de las Naciones Unidas (UNU), fue la convocatoria para reunir en Caracas a científicos latinoamericanos quienes proponen las “Metas y Guías Alimentarias para América Latina. Bases para las Guías de Alimentación”. Las metas nutricionales son el deber ser al que debe aspirar la población y, las guías son el patrón de referencia para diseñar los programas de educación nutricional. Una de las recomendaciones más novedosa para regular el cálculo de nutrientes fue que los requerimientos de nutrientes se calcularan sobre la base de 1000 kcal (22).
En 1990 el Instituto Nacional de Nutrición (INN) y la Fundación CAVENDES, publican las Guías de Alimentación para Venezuela con el propósito de unificar el mensaje educativo en esta materia (23) y las Guías de Alimentación del niño menor de seis años (24). Además en cooperación con el Centro Nacional para el Mejoramiento de la Enseñanza de la Ciencia (CENAMEC) se diseñó un programa de educación nutricional, que incorporó con una estrategia didáctica, los contenidos de las 12 Guías de Alimentación al programa de educación formal, preescolar, básica y media y se publican las guías de alimentación para los distintos niveles educativos (25,26).
En Venezuela en el año 1995, se presenta una crisis que compromete el consumo de alimentos de la población al afectarse la disponibilidad de nutrientes. El doctor Bengoa, con su claridad de criterios logra la concertación con el sector público del país, para la creación del Programa de Alimentos Estratégicos (PROAL), que formó parte de la Agenda Venezuela en 1996 y también se crea el Consejo Nacional de la Alimentación (27, 28).
El programa PROAL, es un novedoso sistema de subsidio, con el propósito de facilitarle a los grupos de la población más pobres la adquisición de bienes esenciales para su alimentación, con este programa se logra no solo abaratar el costo de una canasta básica de alimentos de una dieta de 1700 calorías para no desnutrirse, sino también, se promueve la producción nacional de los alimentos, como una estrategia para el fortalecimiento de la seguridad alimentaria. Además, insiste con los niveles de gobierno, en el hecho de que “la producción de alimentos debía tener como norte satisfacer las necesidades de la población, contribuyendo a mejorar la soberanía alimentaria del país, que históricamente, ha dependido de las importaciones (27).
Estas acciones se complementan con un programa de educación nutricional denominado “Recetas Tradicionales”, dirigido a estimular el consumo de alimentos tradicionales saludables, mediante recetas y preparaciones económicas, saludables y sabrosas (29).
Sobre las características de la alimentación, afirma que los venezolanos han tenido una alimentación típica tradicional muy buena. “Es una dieta envidiable, comparable a la dieta mediterránea, lo malo, es que estamos perdiendo esos hábitos de consumo y estamos introduciendo alimentos que no son tradicionales. Tenemos que defender la dieta criolla venezolana y educar a la población para que la consuma. Es necesario hacer 3 o 4 comidas al día, con una sola comida, es imposible alcanzar los valores calóricos normales” (10, 30).
Tenemos que defender la dieta criolla venezolana
y educar a la población para que la consuma.
Para ampliar la difusión de las guías, se establece una alianza con uno de los diarios de circulación nacional y con el CENAMEC para un programa de artículos divulgativos, denominado “El nacional en el aula con la buena alimentación”, dirigido a los niños y a los docentes. Este programa se complementaba con actividades en el aula y estímulos académicos, como una manera de promover las Guías de Alimentación en la Escuela y las tradiciones, costumbres, hábitos y perfil nutricional de los alimentos (31).
Durante su gestión en la Fundación CAVENDES, se editan dos nuevas revistas Avances de Nutrición y Dietética y Anales Venezolanos de Nutrición. Desde allí Bengoa realizó una exitosa labor en la generación y consolidación de conocimientos en diversas áreas de la alimentación y nutrición, ejecutando, investigaciones, simposios, seminarios, cursos, talleres, jornadas científicas y comunitarias, editando publicaciones, científicas, folletos trípticos, otros medios de difusión y acción directa en la comunidad. Se publican más de cuarenta libros y monografías (21, 28) En estos años, se consolidó un espacio de formación y difusión del conocimiento científico en nuestro país y en América Latina.
Uno de los rasgos más destacados de su gestión, al frente de La Fundación CAVENDES fue su capacidad para integrar alianzas, con instituciones nacionales públicas y privadas y con organismos internacionales. En todo momento promovió y apoyó la creación y funcionamiento de instituciones, entre ellos, el Centro de Investigaciones Agroalimentarias de la Universidad de los Andes (CIAAL), la Unidad de Investigación en Nutrición Clínica de la Universidad de Carabobo y el fortalecimiento de la educación formal de los estudios de nutrición a través de las Escuelas de Nutrición y Dietética de las universidades: Central de Venezuela, Zulia y de los Andes (28,32).
Uno de los rasgos más destacados fue su
capacidad para integrar alianzas, con
instituciones nacionales públicas y privadas
y con organismos internacionales.
Otras de las instituciones creadas por el sector empresarial venezolano, mediante la concertación y liderazgo del Dr. Bengoa, para contribuir con el mejoramiento de la alimentación y nutrición en nuestro país, fueron la Fundación Polar y el Centro de Atención Nutricional Infantil Antímano-CANIA. Ambas instituciones, han venido desempeñando una importante labor en el fortalecimiento de la investigación, planificación, propuestas de políticas, atención directa, docencia, aplicación y divulgación del conocimiento (28).
El Maestro Bengoa ejerció la docencia para formar enfermeras, trabajadores sociales, nutricionistas, especialistas en nutrición, salud pública y planificación en nutrición. Su visión global de la nutrición, lo llevó siempre a promover, la integración de equipos multidisciplinarios, para el fortalecimiento de la visión global, de la cual depende en suma la salud. Su aporte fue fundamental para consolidar uno de los más connotados grupos de investigación que tiene el país (33).
Su visión global de la nutrición, lo llevó
siempre a promover, la integración de equipos
multidisciplinarios.... Su aporte fue fundamental
para consolidar uno de los más connotados
grupos de investigación que tiene el país
En el desarrollo de la nutrición en Venezuela, es indudable, su liderazgo, capacidad creadora y espíritu de trabajo. Siempre atento, en buscar soluciones a los problemas planteados, insistía que los trabajos e intervenciones debían generar resultados tangibles. Fomentaba la difusión de las experiencias, por distintas vías. Prueba de ello, es la abundante bibliografía, foros y entrevistas, materiales en medios impresos y radiales, así como una decena de libros y más de 300 trabajos y materiales divulgativos publicados bajo su dirección (28,33).
Con ocasión de la celebración del XV aniversario de la Fundación CAVENDES, en un emotivo discurso señaló: “De todas las etapas vividas por mí, las dos mejores han sido sin duda, la primera en Sanare en 1938 y 1940, y la última con mi entrega a la Fundación CAVENDES durante 13 años. Pensamos que hicimos y hacemos lo que fue y es posible, nuestro reto para el futuro debe ser hacer que sea posible lo que es necesario” (21).
En momentos difíciles para la nutrición en nuestro país en el año 2000, le solicitamos al Maestro, que nos permitiera su nombre a manera de estandarte, para enfrentar, desde la Fundación “José María Bengoa”, los retos de este presente en los que nos ha tocado actuar, que cuenta como una de sus fortalezas, las experiencias de la Fundación CAVENDES. La siguiente expresión resume la solemnidad de ese momento, “Maestro: gracias por apadrinarnos y acompañarnos en esta magna empresa. Nos inspira su ejemplo y nos anima su determinación, su sentido de entrega y su inagotable energía en la búsqueda del bienestar social, teniendo como norte el combate de la malnutrición (por déficit o por exceso) a través de iniciativas de educación nutricional y de fortalecimiento de las comunidades” (34).
“Tenemos la ventaja por razones cronológicas,
de conocer los problemas nutricionales del
país desde hace bastante años, y ese caudal de
experiencia es de una riqueza extraordinaria.
Por eso en esta batalla social tenemos que
darnos la mano todos los faros que conformamos
las instituciones dedicadas a la nutrición en
Venezuela, a fin de crear un haz capaz de resistir
el oleaje de la miseria y el hambre”
La Fundación Bengoa se inspira en su ejemplo, determinación, entrega y energía en la búsqueda del bienestar social y en el combate de la malnutrición, mediante la educación nutricional y la nutrición comunitaria. En síntesis, como la define Bengoa.
“La Fundación Bengoa, no podía pretender
abarcar toda la problemática nutricional del país,
pero pienso que debe ser un faro permanente, que
de luz y guía a la solución de los problemas”.
Sus habituales reuniones, eran espacios de formación en nutrición y de cultura general, con el humor que lo caracterizaba, siempre comentaba, que le encantaba estar en Venezuela, porque aquí no era viejo sino de la “juventud prolongada”.
La permanente observación contemplativa fue de sus mayores virtudes, así relataba la realidad…al llegar a Sanare tres cosas aparentemente independientes llamaron su atención: a) la estatura baja de la población; b) el que lo niños escolares no jugaban durante el recreo, sino que permanecían sentados y c) la llegada al dispensario de niños de 1 a 3 años de edad, hinchados, con dermatitis similares a las quemaduras y una tristeza en la mirada que dolía el alma. El tiempo confirmó el hambre crónica, en el primer y segundo caso; y la aguda en el tercero. El esfuerzo por combatir y entender esa compleja interacción hambre-enfermedad lo convirtió en el primer Doctor en Nutrición de América Latina graduado en la Universidad de la Vida de Sanare (35).
Su huella inspiradora se extiende a diferentes espacios, desde la recopilación de su discurso en ocasión del acto en el cual se le concedió su nombre al Hospital de Sanare, presentada por Vergara, Villamediana y Traviezo, ante la Academia Venezolana de Medicina, en 2019 (36); hasta la entrada en 2020 del blog de la Fundación Sociedad Hijos y Amigos de Sanare (FUNSAHIOSA) (37), que reproduce fielmente su artículo “Sanare: relato de un médico rural” (38).
Para quienes tuvimos la fortuna de compartir con nuestro Maestro, gratos momentos, su legado permanecerá como el más sentido homenaje a su prédica durante siete décadas.
Agradecimiento: Los autores agradecen los datos e imágenes del archivo de la familia Bengoa, brindados por Jorge Gergoff Bengoa (miembro de la Directiva de la Fundación Bengoa) y Amaya Bengoa (hija del Dr. José María Bengoa).
Recibido: 20-07-2022
Aceptado: 5-09-2022