Notas y noticias
Factores de riesgo en los primeros 1000 días, después del periodo neonatal
Risk factors in the first 1000 days after the neonatal period
Los Primeros 1000 días de vida, tienen gran notoriedad
en salud pública por sus implicaciones en el presente
y futuro de la epidemiología nutricional y en la
prevención de algunas enfermedades que constituyen
serias amenazas para la humanidad. Anales Venezolanos
de Nutrición publica las recomendaciones sobre los
“Factores de Riesgo en los primeros 1000 días después
del periodo neonatal”, que forma parte del artículo
“Consenso sobre Nutrición en los Primeros 1000 días de
Vida. Conclusiones y recomendaciones” bajo la autoría
de Coromoto Macías-Tomei, Mercedes López-Blanco,
María José Castro; Isbelia Izaguirre-Espinoza y Mariana
Mariño Elizondo. Arch Venez de Puer Ped 2020; 83:
(supl. 4): 108 - 115. Este consenso reunió a un destacado
equipo de experimentados Pediatras que elaboraron una
serie de manuscrito originales que se publicaron en la
revista Archivos Venezolanos de Puericultura y Pediatría
2020; Vol 83, Suplemento 4. La publicación completa
puede consultarse en: http://svpediatria.org/secciones/publicaciones/archivos-svpp/ y en la página web de la
`Fundación Bengoa https://www.fundacionbengoa.org
La mayoría de los índices y escalas de seguridad
alimentaria se basan en la disponibilidad energética,
sin considerar la ingesta de micronutrientes, los cuales
son esenciales en los diferentes períodos del curso vital.
La evidencia sugiere que el retardo en el crecimiento
en gran parte es irreversible después de los primeros
1000 días, lo que lleva a un ciclo intergeneracional de
crecimiento y desarrollo deficientes, este retardo en el
crecimiento en la niñez puede continuar en la adultez y
a transferir tal condición a su descendencia. Los efectos
positivos del crecimiento compensatorio están asociados
con mejoras en el desarrollo neurocognitivo y logros
intelectuales; sin embargo, el aumento de peso rápido
en los primeros meses de vida postnatal puede asociarse
con mayor probabilidad de desarrollar resistencia a la
insulina, dislipidemia, obesidad, presión arterial elevada
y disfunción endotelial. La alimentación con lactancia
humana exclusiva durante los primeros seis meses, así
como la introducción de nuevos alimentos a partir del sexto mes, ofrecen un factor protector para el desarrollo
de la obesidad y otras enfermedades cardiometabólicas.
El aporte excesivo de proteínas en la alimentación
en los primeros mil días, debido al uso de fórmulas
infantiles o de leche entera de vaca, se asocia a una
mayor adiposidad, evidenciado en el aumento del Índice
de Masa Corporal. Estas fórmulas, además de tener un
mayor aporte proteico que la leche humana, contienen
mayor cantidad de aminoácidos ramificados, que tienen
efecto insulinogénico, también se ha demostrado que
puede ocasionar alteraciones renales. Por tal motivo, la
introducción de alimentos diferentes a la leche antes del
cuarto mes de vida y el consumo de jugos de frutas,
incrementan el riesgo a obesidad futura. El incremento
del aporte calórico, con endulzantes (sacarosa, fructosa)
también constituye un factor de riesgo importante para
obesidad y enfermedad cardiometabólicas, Las bebidas
endulzadas con azúcares en forma de jarabe de maíz de
alto contenido de fructosa o sacarosa, pueden conducir
al sobrepeso y un mayor riesgo de diabetes tipo 2 y
enfermedad cardiovascular.
Lactancia humana
La alimentación óptima de la embarazada, de la madre
amamantando y de su hijo en los primeros 1000 días
de vida, es básica para establecer una verdadera
“programación nutricional temprana”. Numerosos
estudios han señalado el papel de la lactancia humana
(LH) como factor protector en la etiología de algunas
ECNT y su implementación redundará en el niño en
un crecimiento y maduración óptimos y sentará las
bases de los beneficios nutricionales e inmunológicos
necesarios en etapas posteriores de su vida. Igualmente,
las madres que amamantan tendrán un menor riesgo
de presentar algunas de estas enfermedades a futuro.
Por lo tanto, proteger, promover y apoyar la LH y la
recomendación de una alimentación complementaria
oportuna, adecuada, inocua y perceptiva, constituirán
factores de protección en la etiología de las ECNT.
Recomendaciones
- Impulsar campañas informativas de protección,
promoción y apoyo a la LH exclusiva en los primeros
seis meses y la lactancia óptima continuada hasta dos
años y más, en las comunidades y en las unidades educativas, impartiéndose esta información desde
la educación básica y media.
- Divulgar los múltiples beneficios que representa
la práctica de la LH para el binomio madre-hijo, la
familia, la comunidad y para la economía del país,
así como la necesidad de aumentar su prevalencia y
duración en la población.
- Implementar la Iniciativa para la Humanización
de la Asistencia al Nacimiento y la LH (Iniciativa
Hospital Amigo del Niño-IHAN ampliada) en
todos los servicios de salud que brindan atención
de maternidad públicos y privados; para cumplir
prácticas integradas de atención al nacimiento (por
parto o cesárea), respetando “la hora sagrada”:
pinzamiento óptimo del cordón umbilical, apego
oportuno permitiendo el contacto inmediato piel
a piel entre la madre e hijo, inicio de la LH en la
primera hora de vida; favorecer el alojamiento
conjunto durante las 24 horas del día, para
garantizarla en forma exclusiva y a libre demanda
en el puerperio inmediato.
- Implementar Consultas de Lactancia, Salas de
Apoyo al Amamantamiento y/o Lactarios, en todos
los centros de salud materno-infantil públicos o
privados. Atendidos por profesionales de salud
capacitados en consejería de lactancia, que presten
apoyo oportuno, orientación y seguimiento a
madres y niños desde el embarazo hasta la lactancia
prolongada.
- Establecer Bancos de Leche Humana en
hospitales tipo IV, que cuenten con servicios
de Obstetricia, Pediatría y Neonatología, como
centros especializados que apoyen la LH en las
madres hospitalizadas en el servicio de Obstetricia
y permitan la recolección, almacenamiento,
procesamiento de su leche y la de madres donantes.
Garantizando el control de calidad de los diferentes
tipos (calostro, transición y madura), distribución
y suministro a los neonatos hospitalizados que lo
requieran, de acuerdo con prescripción médica.
- Capacitar a los profesionales proveedores de salud
en consejería de LH y prácticas de alimentación
materno-infantil, fomentar una alimentación sana
y equilibrada en embarazadas, madres lactando,
neonatos y niños 1-23 meses y establecer una
verdadera “programación nutricional temprana”.
- Conocer, divulgar, cumplir y hacer cumplir el
Código Internacional de Sucedáneos de Leche
Materna (CICSLM) y Resoluciones Posteriores de la Asamblea Mundial (AM), la Ley de Promoción y
Protección de la Lactancia Materna y el Código de
Ética para la Promoción y Defensa de la Lactancia
Materna de la SVPP, para garantizar la protección,
promoción y apoyo de la lactancia natural y
contribuir a la alimentación óptima y segura de los
niños en etapa de amamantamiento, normatizando el
uso correcto de sucedáneos cuando sean necesarios,
mediante una apropiada comercialización y
distribución. Asegurando la práctica de la LH aún
en situaciones de emergencia o desastre.
- Fomentar hábitos dietéticos y estilos de vida
saludables en los padres, para garantizar a la madre
un estado nutricional adecuado desde la etapa
preconcepcional, ganancia gestacional de peso
ideal, así como LH libre de preocupaciones y mitos
con relación a su alimentación.
- alimentación complementaria para brindar apoyo
oportuno a las madres en base a la Estrategia
Mundial de Alimentación del Lactante y del Niño
Pequeño.
- Promover, proteger y apoyar la LH como
alimentación óptima exclusiva durante los primeros
seis meses y continuada hasta los dos o más
años, hasta que el niño y la madre lo deseen. La
alimentación con LH puede salvar la vida en recién
nacidos pretérmino y de bajo peso.
- Respetar el derecho que tienen los niños a
ser amamantados cada vez que lo requieran,
independientemente de su edad y el derecho de
sus madres a amamantarlos en público, sin sentirse
criticadas o amenazadas. respetando la decisión de
la madre y brindarle todo el apoyo necesario para
superar las dificultades que puedan surgir.
- Entrenar a las madres en la extracción, conservación,
suministro de su propia leche y creación del
lactario o banco de leche casero; para que pueda
ser suministrada por la persona cuidadora,
cuando tenga que separarse temporalmente, por
su reincorporación al trabajo o estudios, en caso
de enfermedad o cuando se requiere aumentar su
producción o prolongar la lactancia.
- Fomentar las “Clínica Abierta para la Alimentación
Óptima durante los Primeros Mil Días de Vida”
en instituciones públicas, privadas y a nivel
comunitario, dirigidas a embarazadas, madres
lactando, familias e implementar a nivel comunitario
los Grupos de Apoyo a la Lactancia, en la modalidad madre a madre. Fomentar los Grupos de Apoyo a la
LH por las redes sociales.
- Capacitar a los profesionales proveedores de
salud en la Normativa Legal de Protección a la
Maternidad y la Lactancia Materna vigente en
Venezuela (leyes y resoluciones nacionales) y en
la Instancia de Protección Internacional (Código
Internacional de Comercialización de Sucedáneos
de la Leche Materna y las resoluciones posteriores
de la Asamblea Mundial) para que puedan orientar
oportunamente a las madres y sus familias, en todo
lo inherente a la defensa del derecho universal al
amamantamiento de madres y niños, mediante una
decisión informada.
Alimentación Complementaria
La alimentación complementaria (AC) es la introducción
de alimentos sólidos o líquidos diferentes a la leche
humana, cuyos objetivos son cubrir los requerimientos
nutricionales, promover un crecimiento y desarrollo
adecuados, crear hábitos y conductas de alimentación
saludables. La etapa de la AC representa un período
de vulnerabilidad con alto riesgo nutricional y es un
momento clave para establecer patrones de consumo
saludables en etapas posteriores.
Se requiere una adecuada maduración de los sistemas
gastrointestinal, renal, neurológico e inmunológico para
iniciar de forma segura y óptima la AC. En la mayoría
de los niños, esta condición se alcanza a los 6 meses de
vida. Su inicio no implica nunca una disminución de la
lactancia humana; el reto será agregar otros alimentos
que la complementen sin reemplazarla. Cuando este
inicio es precoz (< 17 semanas de edad) o tardía (≥ 26
semanas), tiene consecuencias negativas para la salud.
A partir del 6to mes, las necesidades de energía y
nutrientes del niño son mayores a las aportadas por la
leche humana. No existe un alimento mejor que otro
para iniciar la AC, ni una secuencia determinada. Es
importante ir progresando en frecuencia, variedad,
cantidad y consistencia; de manera que desde los 12
meses de edad el niño se incorpore a la mesa familiar.
La introducción tardía de los alimentos potencialmente
alergénicos no disminuye el riesgo de manifestaciones
alérgicas o inmunológicas.
En los primeros 6 meses de edad los niños solo necesitan
leche humana o fórmula infantil para mantener una
ingesta adecuada de líquidos; al iniciar la alimentación
complementaria se debe promover el consumo de agua
simple.
El uso de sucedáneos de la leche humana no es
necesario en mayoría de los casos y en aquellos niños
que por causas justificadas reciban fórmula infantil, la
incorporación del resto de los alimentos debe seguir las
mismas recomendaciones de los niños amamantados.
La introducción de leche entera de vaca antes de los
12 meses está asociada con anemia por deficiencia
de hierro y en poblaciones con vulnerabilidad
socioeconómica, a riesgo de malnutrición por
diluciones inadecuadas de la leche de vaca en
preparaciones con azúcar y cereal.
Los micronutrientes con mayor riesgo de déficit
durante la AC son: hierro, zinc, calcio, vitaminas A,
D y folatos. Los niños que reciben dietas vegetarianas
tienen mayor riesgo de déficit de energía, proteínas,
hierro ferroso, calcio, zinc, yodo, vitamina D, omega
3 y vitamina B12.
La conducta alimentaria adecuada está condicionada
por: hábitos alimentarios del grupo familiar, contexto
socio cultural, ambiente en las comidas, y la interacción
para ofrecer los alimentos, la actitud y aceptación del
niño.
Recomendaciones
- Iniciar la AC a los seis meses, manteniendo la
lactancia humana a libre demanda, hasta los once
meses. A partir de los 12 meses, la lactancia humana
completará la AC. Entre los 6-11 meses la leche
humana se puede ofrecer antes o después de los
alimentos. A partir de los 12 meses, debe ofrecerse
después de los alimentos.
- La AC debe ser oportuna, nutricionalmente
adecuada, segura y perceptiva para dar respuesta de
manera cálida y nutritiva a las señales de hambre
y saciedad del niño. Mantener prácticas adecuadas
de higiene en la manipulación y preparación de
alimentos.
- Ofrecer 2-3 comidas diarias entre los 6-8 meses y
3-4 comidas diarias: 9-24 meses de edad. Ofrecer
el alimento en vasos, tazas, platos y cucharas. No
usar biberón como instrumento de alimentación.
Promover la manipulación de los alimentos con la
mano y uso de cucharita para lograr la autonomía
del niño en su alimentación.
- Todos los alimentos complementarios deben
ofrecerse en repetidas oportunidades, en diferentes
consistencias: papilla, triturados o en pequeños
trozos; incluso mezclarse con leche humana para
promover su aceptación.
- Los jugos de frutas no se deben introducir antes de
los 12 meses y su ingesta se debe limitar a 4 onzas
al día en niños de 1-3 años.
- Comenzar la ingesta de agua con 1-2 onzas/día,
incrementando su consumo progresivamente. En
niños de 6-12 meses se sugieren 4-8 onzas/día y
para niños de 1-3 años: 8-32 onzas/ día. El agua
para consumo debe ser potable o hervida.
- La introducción de alimentos potencialmente
alergénicos (huevo, pescado, trigo, derivados
lácteos y maní), debe hacerse entre los 6-11 meses.
- A partir de los 12 meses, la leche de vaca entera
puede incorporarse junto a la leche humana, como
parte de los alimentos complementarios. En niños
que solo reciben leche de vaca, la ingesta máxima
es 500 mL/día, complementada con una dieta rica
en hierro y ácidos grasos esenciales.
- No se recomienda añadir sal a los alimentos
complementarios durante el 1er año de vida. El
azúcar, alimentos ultraprocesados y edulcorantes
no se deben usar en la alimentación del niño de
6-23 meses.
- El uso de alimentos fortificados y la suplementación
con micronutrientes, especialmente hierro, deben
ser considerados en esta etapa de acuerdo con las
pautas establecidas.
- En los niños vegetarianos las recomendaciones
dietéticas deben estar orientadas por especialistas
para garantizar crecimiento y desarrollo adecuados.
- Para establecer conductas alimentarias adecuadas,
es importante generar ambientes positivos, sin
presencia de elementos distractores y con rutinas
determinadas por un horario y lugar fijos para
alimentarse.