Introducción. En Venezuela son frecuentes las fluctuaciones de precios de los alimentos en los distintos locales y puestos comerciales donde se expenden, comportamiento con tendencia al ascenso pero que también refleja la realidad de la inestabilidad en el país. Objetivo. Conocer las variaciones de precio de una muestra de alimentos de uso común en supermercados del Área Metropolitana de Caracas. Metodología. Se seleccionaron por conveniencia 15 supermercados ubicados entre el noreste y el sureste del Área Metropolitana de Caracas. Basado en el valor tomado directamente del empaque del producto en las estanterías donde se exhibían o del lector de barras, los precios de 75 alimentos registrados por una pareja de medidores se ajustaron a dólares según tasa de cambio Banco Central de Venezuela (BCV) del día de recolección; a Kilogramos o Litro. La herramienta KoboCollect se usó para la transmisión remota de los registros mediante equipos o dispositivos de telefonía móvil. Las variaciones de los precios se expresaron en promedios, desviaciones estándar, valores mínimos y máximos. Resultados. El grupo de las leguminosas registró el menor valor promedio (9,5 USD) y una diferencia de 6,7 USD, entre su máximo valor (13,7 USD) y el mínimo (7,0 USD). El grupo de cárnicos, lácteos y derivados registró el mayor valor promedio (99,6 USD) y resultó con una diferencia de 38,2 USD, entre su máximo valor (130,9 USD) y el mínimo (92,7 USD). Conclusión. Mantener actualizada la información sobre el precio de los alimentos de uso habitual en los venezolanos como una de las medidas para fortalecer el sistema alimentario nacional. An Venez Nutr 2022; 35(2): 99-109.
Palabras clave: alimentos, precios, supermercado, inflación.
Introduction. In Venezuela there are frequent fluctuations in the prices of foodstuffs in the different stores and commercial outlets where they are sold, a behavior that tends to increase but also reflects the reality of instability in the country. Objective. To know the price variations of a sample of commonly used foods in supermarkets in the Metropolitan Area of Caracas. Methodology. Fifteen supermarkets located between the northeast and southeast of the Metropolitan Area of Caracas were selected for convenience. Based on the value taken directly from the product packaging on the shelves where they were displayed or from the bar reader, the prices of 75 foods registered by a pair of meters were adjusted to dollars according to the BCV exchange rate on the day of collection; to Kilograms or Liters. The KoboCollect tool was used for the remote transmission of the records through cell phone equipment or devices. Price variations were expressed as averages, standard deviations, minimum and maximum values. Results. The legumes group recorded the lowest average value (9.5 USD) and a difference of 6.7 USD, between its maximum value (13.7 USD) and minimum (7.0 USD). The meat, dairy and derivatives group recorded the highest average value (99.6 USD) and resulted in a difference of 38.2 USD between its maximum value (130.9 USD) and minimum (92.7 USD). Conclusion. Maintaining updated information on the price of foodstuffs commonly used by Venezuelans is one of the measures to strengthen the national food system. An Venez Nutr 2022; 35(2): 99-109.
Key words: food, prices, supermarket, inflation.
https://doi.org/10.54624/2022.35.2.003
Publicado: 19/08/2023
Correspondencia: Yaritza Sifontes, e-mail: yaritza2sifontes@gmail.com
Desde al año 2015 Latinoamérica viene enfrentando dificultades importantes en cuanto a los indicadores de bienestar, deterioro que se profundizó tras la pandemia y que aún sigue afectando, sumado a la emergencia climática y al conflicto bélico Rusia-Ucrania, la contracción en la economía y en la inversión, así como en la generación de empleos de calidad se suman al alza en la inflación, en el precio de los alimentos y en la energía. Ya en 2021 en la región se alertaba sobre el impacto de la inflación en los alimentos, especialmente en los estratos medios y de menores ingresos, en los cuales también son comunes las limitaciones en el poder adquisitivo, lo cual aumentaría la vulnerabilidad en cuanto a las esferas social, económica y política, específicamente acentuando la desigualdad y el compromiso de la seguridad alimentaria y nutricional (1).
En Venezuela el comportamiento de los precios de los alimentos no es muy diferente al del panorama mundial y regional, en esta nación son frecuentes las fluctuaciones de precios de los alimentos en los distintos locales y puestos comerciales donde se expenden, comportamiento con tendencia al ascenso pero que también refleja la inestabilidad en el país. Según el Observatorio de Gasto Público, el alto costo de vida de Venezuela es producto de los bajos niveles de productividad, de la poca capacidad de generación de riqueza, bajo un contexto de dolarización informal y volatilidad cambiaria que ha llevado a la destrucción completa del poder de compra de la población (2).
La situación descrita anteriormente, afecta la seguridad alimentaria de los venezolanos con mayor incidencia en las personas que viven en situación de vulnerabilidad. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI-2020) (3) el 74% de los hogares venezolanos tiene inseguridad alimentaria de moderada a severa, evidenciada en las secuelas de la malnutrición y explicado en parte por la caída del consumo de los diferentes grupos de alimentos en años recientes: 69,5% en carne de res, 44,6% en leche y sus derivados, 57% en harina de maíz, 82,6% en arroz y 86,2% en hortalizas (4). Para junio 2023, la encuesta realizada por More Consulting (5) en 1200 consumidores de diferentes estratos sociales y regiones del país reportó una mayor frecuencia de consumo, fundamentalmente de cereales fuentes de carbohidratos: arepas, pan y galletas (66,1%), arroz y pastas (50,9%), seguido de lácteos y embutidos (37,7%), vegetales y verduras (16,7%), carnes rojas o blancas (14,78% frecuencia diaria), esta estructura habla de la poca diversidad de la dieta del venezolano.
El supermercado según la Asociación Nacional de Supermercados y Autoservicios (ANSA) es un establecimiento de tamaño mediano con respecto a un Hipermercado, donde solo se encuentra un negocio, cuyos precios se fijan conforme al mercado y donde los productos se exhiben con una decoración simple y son tomados como autoservicio. En el supermercado los diferentes artículos se organizan y distribuyen en áreas que responden a estrategias de publicidad y mercadeo; por ejemplo, los productos de primera necesidad (huevos, leche, pan, pescados, etc.) son dispuestos en distintos lugares del supermercado para incitar al consumidor a adquirir otros productos o alimentos (6).
Según la Red Agroalimentaria de Venezuela (RAV) en su estudio realizado entre octubre y agosto 2022 en 109 localidades pertenecientes a las regiones de occidente, centro, Guayana-Delta y oriente del país los abastos o supermercados chinos o similares concentraron el 69% de las preferencias como lugares de compra (7), lo cual podría estar asociado a la variedad de productos que ofrecen.
En Venezuela recientemente se realizó un estudio en este tipo de establecimientos, sin embargo, el mismo estaba orientado a evaluar el cumplimiento de la declaración de la fecha de caducidad en algunos grupos de alimentos en un estado del oriente venezolano (8).
Por otra parte, la información disponible sobre el precio de los alimentos en Venezuela se refiere principalmente al costo de las diferentes canastas de alimentos y no específicamente a su comportamiento en los diferentes establecimientos. En este sentido el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas – FVM) (9) para enero 2023 ubicó el costo de la canasta básica de alimentos para una familia de 5 integrantes en 486,87 USD, equivalente a 80,14 salarios mínimos. También en abril 2023, el Observatorio de Gasto Público-Cedice Libertad (10), señaló que solo el rubro de alimentos para una familia de tres miembros costó 218,24 USD, al incluir los rubros de servicios (USD 140,19), recreación y esparcimiento (USD 42,08), perfumería y cuidado personal (USD 43,69) y transporte (US$ 23,23), el costo promedio de esta misma ascendería a 497,95 USD, siendo necesario contar con no menos de dos salarios integrales/día para satisfacer las diferentes necesidades.
Con base en lo expuesto anteriormente desde la Fundación Bengoa se organizó una encuesta para conocer el precio de una muestra de alimentos de uso común en supermercados ubicados en el Área Metropolitana de Caracas (AMC).
Se seleccionaron por conveniencia quince (n:15) supermercados en el Área Metropolitana de Caracas, los cuales se identificaron con letras del alfabeto, para resguardar la confidencialidad. La mayoría de los supermercados visitados se encuentran hacia el noreste del Área Metropolitana de Caracas: al este del Municipio Libertador: Santa Mónica (n:1), El Recreo (n:1); al nororeste del Área Metropolitana de Caracas: Parque del Este (n:1), Los Ruices (n:1), Boleita (n:3), El Marqués (n:1), La Urbina (n:2), el resto de los expendios se ubican en sectores de mayor poder adquisitivo en el sureste de la capital: Las Mercedes (n:1), Chuao (n:1), Cerro verde (n:1) y Los Naranjos (n:2).
Los datos se recolectaron entre el 26 de enero y el 3 de febrero 2023, por el equipo de la Fundación Bengoa. Las visitas a los expendios de alimentos se efectuaron en calidad de cliente y participaron dos parejas de recolectores de datos. En cada pareja, un integrante fue el verificador y el otro registró los datos en el dispositivo. El precio se obtuvo directamente del empaque del producto en las estanterías donde se exhibían o del lector de barras. El precio se registró en dólares y/o en bolívares, de acuerdo con su publicación en los expendios de alimentos.
Debido a que un producto tiene varias presentaciones en los distintos supermercados, los precios y contenidos, se ajustaron a una sola presentación para poder hacer la comparación entre expendios. Las presentaciones que se encontraban en gramos se llevaron a kilogramos, las de mililitros a litros, las expresadas en unidades se mantuvieron. Los precios en bolívares se transformaron a dólares, según el valor referencial del Banco Central de Venezuela para la fecha de la recolección.
Se diseñó un instrumento con los 75 productos previamente seleccionados según lo reportado en las últimas encuestas de ENCOVI 2021 (3). Se utilizó la aplicación KoboCollect para la transmisión de los registros en forma remota mediante equipos o dispositivos de telefonía móvil. Una vez revisada la base de datos se exportó a Excel 2016. Las variaciones de los precios se analizaron de acuerdo con su correspondiente grupo de alimentos y se calcularon promedios, desviaciones estándar, valores mínimos y máximos.
En el cuadro 1 se presentan los 75 alimentos seleccionados organizados según su contenido nutricional en ocho grupos: Cereales, cárnicos, lácteos y derivados, grasas, leguminosas, tubérculos y plátanos, verduras y hortalizas, frutas, azúcares y otros; ajustados a Kilogramo o Litro según correspondiera.
En el Cuadro 2 se presenta el resumen de los promedios, desviaciones, precios mínimos y máximos en dólares para los ocho grupos en los que se incluyen los 75 alimentos estudiados. Las leguminosas fue el grupo que presentó el precio promedio más bajo, el precio mínimo también correspondió a este grupo y al de tubérculos y plátanos (supermercados O y D, respectivamente) y el máximo al grupo de cárnicos, lácteos y derivados (supermercado N).
El grupo de cárnicos, lácteos y derivados registró el mayor valor promedio (99,6 USD) y resultó con una diferencia de 38,2 USD, entre su máximo valor (130,9 USD) y el mínimo (92,7 USD) en los supermercados N y F respectivamente.
En la figura 1 se muestra la variación en los precios de los cereales en los supermercados seleccionados en el Área Metropolitana de Caracas. El precio varía desde 39, 6 a 22 USD con una diferencia de 17,6 USD entre el supermercado con el precio más alto y el más bajo. La mayoría de los comercios registraron precios similares para este grupo de alimentos, lo que explica la poca variación entre los mismos.
El precio promedio de las leguminosas es de 9,5 USD, siendo el grupo con el precio promedio más bajo de todos los alimentos evaluados (Figura 2). El supermercado más costoso de este grupo fue el identificado como “G” (13,7 USD) con una diferencia de 6,7 USD sobre el mercado “O” identificado como el más económico (7,0 USD). Las leguminosas son muy importantes en el consumo familiar, debido a que constituyen la principal fuente de proteínas vegetal en la alimentación y se han convertido en la proteína más accesible económicamente, en detrimento de las fuentes de proteínas de origen animal. Sin embargo, para asemejar en calidad a las proteínas de origen animal, es necesario que los alimentos de este grupo se combinen con un cereal y adicionalmente con alimentos como las frutas y hortalizas que son fuentes de vitamina C y A.
En la figura 3 se presenta la variación de precios de los tubérculos y plátanos, encontrándose una diferencia de 25,05 USD entre el valor más alto y el más bajo. Es decir, la diferencia porcentual de precios fue de 76% entre el supermercado más costoso y el que ofrece el menor valor para este grupo de alimentos.
La variación de precios encontrada en el grupo de cárnicos, lácteos y derivados fue de 29% entre el comercio con el precio más alto y el más bajo (Figura 4). El costo promedio total de este grupo se encontró alrededor de 99 USD.
Este grupo es indispensable para una adecuada nutrición y de suma importancia para el crecimiento y desarrollo de los niños – niñas y, para la reparación y mantenimientode los tejidos en los adultos. Su consumo se ha reducido drásticamente, por la falta de ingresos económicos de la familia para adquirirlos y también porque es uno de los grupos con los precios más elevados.
Los supermercados E, F y D registraron los precios más bajos en el grupo de las grasas con cifras menores a los 30 USD (Figura 5). Sin embargo, la mayoría de los establecimientos mantiene el costo del grupo alrededor de los 40 USD. La diferencia porcentual entre el mayor y el menor precio fue de 45,1%.
El grupo de las hortalizas registró el menor valor en el supermercado “K”, siendo 20,3 USD el costo de estas (Figura 6). Por otra parte, el supermercado “C” mostró el valor más alto 80,8 USD. La diferencia entre los precios de este rubro es significativa (75,5%) es decir, 60 USD de brecha entre ambos valores.
Las frutas fuentes de vitaminas y minerales (Figura 7), registraron un valor máximo de 33,6 USD, mostrando una variación de 69,4% en los precios con respecto al valor mínimo de este grupo (10,2 USD). Los supermercados “O” y “M” identificados como los más costosos están ubicados en zonas de mayor poder adquisitivo.
En el precio de los azúcares y otros alimentos (Figura 8), se obtuvo una variación entre supermercados de 58,7%, siendo el mercado “L” el más económico para este grupo y el “I” el más costoso. Sin embargo, la mayoría de los mercados, mantienen los precios entre 20 y 30 USD.
Tomando como referencia los alimentos seleccionados y los precios de estos en los diferentes supermercados, se estimó el precio mínimo y máximo de un menú referencial de 2200 calorías para un adulto en un día (Cuadro 3).
Para el diseño del menú de un día con algunos de los alimentos seleccionados en los 15 supermercados se tomó en cuenta que este resultara nutricionalmente variado, colorido, equilibrado, y que considerara todos los nutrientes necesarios de una dieta saludable, mediante raciones promedio para un adulto venezolano y que aportara 2.200 kcal (valor de referencia para la población venezolana). El precio para las tres comidas principales y una merienda fue de 3,4 USD cuando los alimentos se adquirieron en los supermercados que ofrecieron los precios más bajos, mientras que era tres veces más alto (9,4 USD) en los supermercados con precios más altos, ubicados en la zona sureste del AMC. Una familia de 5 integrantes tendría que gastar diariamente 17 USD en los supermercados más económicos y 47 USD en los más costosos. El almuerzo resultó ser la comida con mayor precio (1,3 a 3,6 USD), pero la mayor variabilidad de precios se observó en la cena (Cuadro 3).
En esta investigación se registró la variación de precios de 75 alimentos pertenecientes a 8 grupos (Cereales; Leguminosas; Tubérculos y plátano; Cárnicos, lácteos y derivados; Hortalizas; Frutas; Grasas, y Azúcares y otros), en una muestra de 15 supermercados ubicados en el noreste y sureste del Área Metropolitana de Caracas, durante febrero 2023.
Las variaciones de precio reportadas dan cuenta de que, privó la estrategia de precios según la cual algunos mercados presentan precios más elevados porque están pensados para compradores con mayor poder adquisitivo y con otras necesidades de productos (11). Así en la muestra estudiada pareciera que la ubicación de los supermercados visitados influyó en la variación de los precios de los alimentos, debido a que en los establecimientos situados en zonas de la ciudad con mayor poder adquisitivo se registraron los precios más altos. La variación de precios encontrada entre los supermercados seleccionados refleja también la discrecionalidad en la asignación de estos en una economía que está sometida a una alta inflación.
La inflación que conduce al alza de los precios de los alimentos afecta negativamente a la seguridad alimentaria, ya que la estabilidad de estos tanto como las diferentes capacidades de los hogares para adquirir y utilizar los alimentos y entre ellas principalmente las económicas inevitablemente conducirán a la inseguridad alimentaria especialmente en las poblaciones más vulnerables (12-15).
En el presente estudio es clara la variabilidad de los precios entre dos zonas del Área Metropolitana de Caracas, siendo los supermercados del noreste los que ofrecían los precios más bajos y probablemente donde se pudieran adquirir la mayoría de los 75 alimentos incluidos en el estudio. La mayor fluctuación de precios se dio en el caso de las hortalizas (20,3 UDS vs 80,8 USD), siendo las leguminosas el grupo con la menor variabilidad de precios; es probable que este comportamiento se explique por la estrategia de precio, anteriormente comentada, en todo caso también es conocido que el efecto inflacionario no tiene el mismo impacto en toda la geografía nacional y que como se ha venido mencionando tampoco este es un fenómeno exclusivo de la nación venezolana.
Según CEPAL en 2020 (16), fueron varios los factores que contribuyeron a la hiperinflación en Venezuela y cuyo repunte inició en 2017 pero que se acentuó durante la pandemia, siendo ellos la flexibilización del tipo de cambio y de los precios tanto como la dolarización de las transacciones, todo ello afectó los diferentes componentes del Índice de Precios al Consumidor (IPC) con tasas cercanas al 2.000%, siendo la de alimentos ligeramente superior y una de las más elevadas, 2.065%.
Esta investigación se realizó en dos zonas del Área Metropolitana de Caracas, ciudad que se caracteriza por presentar la canasta de alimentos más costosa según ha señalado el Observatorio de Gasto Público-Cedice Libertad, para enero 2023 dicha canasta costó USD 583,1 frente a 462,51 USD en Maracaibo y 448,24 USD en Valencia (10).
Para enero 2023 el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), reportó una tasa de inflación de 39,4% un poco más elevada que la registrada en diciembre 2022 de 37,2% (17). En mayo de 2023, esta misma fuente reportó que la tasa mensual de inflación se triplicó con respecto a abril, es así como el primer trimestre del 2023 se caracterizó por una inflación con tendencia al alza y una reducción del comercio, este último además explicado por el rezago en los salarios y pensiones, así como por la contracción en la producción industrial (18).
Es importante resaltar que la postergación del salario, principal componente del ingreso ya venía agudizándose durante la pandemia, si bien el salario mínimo fue objeto de revisión tres veces en el año 2020, en términos nominales dicho aumento se situó en 700%, sin embargo, en términos de salario real la verdad es que el mismo experimentó una caída de entre 54% 80% en relación con los salarios de 2019 y de 2014, respectivamente (19).
Como en el caso de los factores mencionados anteriormente las fluctuaciones de los precios de los alimentos también son influenciadas por la caída de la producción de estos, lo cual tiene que ver con la desinversión que ha promovido la migración hacia otros rubros e incluso el abandono de la actividad agropecuaria, cuyos principales factores determinantes serían: ausencia de una política de mercados y precios, inseguridad jurídica y personal, falta de financiamiento para la compra de insumos, deficiencias en los servicios básicos (energía eléctrica, repuestos, combustible, telefonía/internet, etc.), sumado a problemas de vialidad (4), así como al exceso de puntos de control en la cadena alimentaria, todo lo cual incrementa los costos de producción y distribución que en la mayoría de los casos se trasladan hasta el consumidor final, quien sufre los embates del encarecimiento de los diferentes productos alimenticios y en simultaneo ve reducida cada vez más su capacidad de compra. Sumado a una variedad de productos importados que también compiten desigualmente con el precio de los pocos productos nacionales, emergiendo nuevamente la discrecionalidad en la fijación de precios. Esto, indudablemente refleja un manejo inadecuado de la economía y de múltiples factores que requieren ser atendidos para solucionar la problemática que afecta a millones de venezolanos.
Sin embargo, es oportuno mencionar otros factores externos que también explican en parte la situación inflacionaria y las fluctuaciones en los precios de los alimentos. Como señala Zambrano et al (2022) (20) post pandemia se produjo una reconfiguración geopolítica y geoeconómica del orden mundial, determinada principalmente por la reducción del crecimiento de China y el conflicto Rusia-Ucrania, así en Venezuela como en otras economías propias de países en desarrollo este periodo recesivo se ha acompañado de elevadas tasas de inflación y de un aumento en la fragilidad de su moneda frente al dólar estadounidense, lo que finalmente conduce a una profundización de las desigualdades entre los grupos sociales similar a la que se daría entre diferentes países.
Un ejemplo de lo planteado anteriormente es la constante devaluación del bolívar que ha situado a Venezuela como el segundo país con la inflación de precios en los alimentos más alta del mundo, la cual alcanza 158% (21). En este mismo orden de ideas Zambrano et al (2022) (20) ha referido el aumento de la brecha en las remuneraciones de sectores público y privado ($ 4,7 versus $ 70,1) y entre los puestos gerenciales y los empleados profesionales/técnicos y obreros (278,5 USD vs 176,3 USD y 116 USD respectivamente). Cabe recordar que la remuneración salarial es una de las fracciones más importantes de los ingresos familiares y del poder adquisitivo y que, aunque en Venezuela los bienes se adquieren en dólares, el salario y los ingresos se perciben en bolívares (22).
La fluctuación diaria de los precios de los alimentos genera menor posibilidad de compra de estos y pérdida del poder adquisitivo en las familias, que buscando solventar el deterioro de la situación alimentaria en sus hogares reducen la lista de compras, tanto en cantidad como en calidad nutricional. Según Hum Venezuela (23) para marzo de 2022 94,5% de la población no tenía ingresos suficientes (agotamiento de los medios de vida) para adquirir alimentos y otros bienes y servicios como vivienda, salud, educación, transporte y vestimenta. En correspondencia con lo anteriormente expuesto un estudio publicado en 2022 por Herrera-Cuenca et al (24) concluyó que el puntaje de consumo de alimentos (relacionado con la variedad de alimentos) fue el que mejor valoró el puntaje total de seguridad alimentaria en los hogares, seguido de las estrategias de supervivencia y el porcentaje de ingresos gastados en alimentos.
Por otra parte, desde agosto de 2022 la Red Agroalimentaria de Venezuela ha venido reportando que el 61% de las localidades de estudio manifestó limitaciones para adquirir alimentos especialmente atribuidas a la falta de ingreso, situación que afectó en mayor grado a los Altos Llanos Centrales (100%) y a la región Centro Norte Costera (73%) (7).
Si se toma como base el ejercicio realizado para la estimación de un menú referencial para un adulto venezolano, considerando los precios mínimo y máximo de los supermercado objeto de este estudio, de 3,4 USD y 9,4 USD respectivamente a precio de febrero 2023; el valor de una alimentación saludable para 1 sola persona fluctuaría entre 102 USD y 282 USD y entre 510 y 1410 USD para 5 adultos, siendo importante resaltar que pudieran existir lugares de compra con menores precios como por ejemplo los mercados de cielo abierto .
La pérdida de la calidad en el consumo de los alimentos debido al elevado costo de estos es otra importante realidad a la que se enfrenta el venezolano. El estudio sobre la Evaluación de Condiciones de Vida y Salud de las Personas Mayores en Venezuela realizado por Convite en 2022 reporta que más de la mitad de las personas encuestadas no consumen proteína animal debido a su precio (25). Las organizaciones de ayuda humanitaria han mostrado su preocupación frente a la difícil situación alimentaria y nutricional en amplios sectores de la población (23).
Esta investigación de carácter exploratorio monitoreó precios en solo dos zonas del Área Metropolitana de Caracas, en un periodo de ocho días, ambos elementos deben considerarse a la hora de interpretar los resultados.
Garantizar la seguridad alimentaria y evitar la subalimentación de la población exige mantener actualizada la información sobre el precio de los alimentos de uso habitual en los venezolanos como una de las medidas para fortalecer el sistema alimentario nacional, urge también frenar la inflación, incrementar la producción nacional con el fin de aumentar la disponibilidad de alimentos a precios accesibles y lograr un consenso de todos los sectores para mejorar los ingresos.
Recibido: 10-04-2023
Aceptado: 20-05-2023