La anemia es un problema de salud pública mundial que afecta especialmente a las adolescentes, las mujeres de 15 a 49 años, las embarazadas y los niños de los países de ingresos bajos y medios. La OMS estima que en 2019 el 30 % (571 millones) de las mujeres de 15 a 49 años, el 37 % (32 millones) de las embarazadas y el 40 % (269 millones) de los niños de 6 a 59 meses de edad padecían anemia, siendo las regiones de África y Asia Sudoriental las más afectadas (1).
En 2021, la prevalencia global de anemia en todas las edades fue del 24 %, correspondiente a 1.92 mil millones casos en comparación con una prevalencia del 28 % y 1.5 mil millones casos prevalentes en 1990. Se observaron grandes variaciones en la carga de anemia por edad, sexo y geografía, siendo especialmente afectados los niños menores de cinco años, las mujeres y los países del África subsahariana y el sur de Asia. La anemia causó 52 millones de años asociados vividos con discapacidad (AVD) en 2021 y disminuyó con el aumento del índice sociodemográfico. Las causas más comunes de AVD con anemia en 2021 fueron la deficiencia de hierro en la dieta, hemoglobinopatías y anemias hemolíticas y otras enfermedades tropicales desatendidas que en conjunto representan el 85% de los AVD con anemia (1).
La caracterización precisa de la anemia es fundamental para comprender la carga y la epidemiología de este problema, para planificar intervenciones de salud pública y para la atención clínica de las personas a lo largo de la vida (2). Existen múltiples intervenciones destinadas a aliviar la carga de anemia en muchos países de ingresos bajos, medios y altos en todo el mundo, y las decisiones sobre la elección de la intervención y su implementación y monitoreo se basan en la medición de la prevalencia y distribución de la anemia en diferentes segmentos de la población, en particular los grupos más vulnerables (2).
Las declaraciones normativas de esta directriz están destinadas a un público amplio, incluidos los encargados de la formulación de políticas, sus asesores expertos y el personal técnico y de programas de los ministerios y las organizaciones que participan en el diseño, la implementación y la ampliación de las medidas para abordar la anemia.
Se presentan los valores de hemoglobina límites para definir anemia en individuos y poblaciones, así como también, los rangos para el tratamiento en función de la gravedad de la anemia: leve, moderada y severa para distintos grupos de edad y embarazadas (Cuadros 1 y 2).
Otros usuarios finales de la directriz incluyen organizaciones no gubernamentales y otras organizaciones y sociedades profesionales que participan en la planificación y gestión de las medidas contra la anemia, así como profesionales de la salud, incluidos médicos clínicos, directores de programas de nutrición y salud, servicios nacionales de sangre y responsables de políticas de salud pública en todos los entornos (1).
Esta guía actualiza y complementa las recomendaciones anteriores contenidas en cinco documentos de la OMS, publicados entre 1968 y 2005, que se resumen en la publicación de la OMS de 2011.Presenta las concentraciones de hemoglobina para el diagnóstico de anemia y evaluación de la gravedad. Además, valores de concentración de hemoglobina en incrementos de 500 m de altitud y los ajustes para el tabaquismo. El informe completo se puede consultar en: Guideline on hemoglobin cutoffs to define anaemia in individuals and populations 2024 (1).